Laura Lanzos Casás no imaginaba cuando comenzó su vida laboral que acabaría siendo percebeira. Después de diferentes trabajos temporales en el sector de la automoción, fábricas o tiendas de ropa, a los 31 años decidió probar en la pesca con su padre. A sus 42 años, Laura está embarazada de 34 semanas y disfrutando de la baja por riesgo en el embarazo. Hablamos con esta mariscadora de Cangas para saber cómo afronta esta nueva etapa de su vida.

Primero de todo, ¡felicidades por este futuro bebé! Eres trabajadora por cuenta ajena, cuéntanos cómo fue saber que estabas embarazada y cómo fue recibido en la empresa.

Cuando le comenté la noticia a mi jefe me dijo que él estaba muy contento y que, salvo que yo quisiese marcharme, tendría ahí el trabajo para mí. Siempre me ha apoyado, de hecho también lo hizo el año pasado cuando tuve un aborto, y yo estoy muy feliz en mi puesto de trabajo.

¿Has sentido miedo por perder ingresos o estabilidad?

Lo cierto es que en estos últimos años el percebe no está dando mucho beneficio, no hay mucho trabajo. Tengo una buena cotización y las bajas por riesgo en el embarazo son del 100%. En un primer momento no sabía que era así y la verdad es que bastante bien. También ayuda saber que tu jefe te apoya y que podré estar de vuelta en el trabajo en el futuro. Estar cobrando de baja es una tranquilidad.

¿Qué te llevó a dedicarte al marisqueo?

En el momento en que empecé a trabajar con mi padre me gustó mucho la pesca y el mar. Pero claro, los horarios eran muy complicados, desde las 3 de la madrugada que estabas en el pantalán hasta una hora de llegada incierta, podía ser a las 11 de la mañana o a las 3 de la tarde. Esto era incompatible con la vida porque pasabas el día trabajando o descansando, no te daba el cuerpo para más. Me gustaba el mar aunque los comienzos fueron complicados, hasta que el cuerpo se adaptó. Después de 6 años, conocí a una persona que me llevó al sector del percebe y la recolección de la almeja y me encantó. Desde noviembre de 2021 tengo una plaza disponible con Fernando Mariño y estoy muy bien.

¿Cómo es un día normal en tu trabajo?

Trabajamos con la bajamar siempre que coincida de día, nunca pasadas las 6 y media de la tarde. Quedamos tres horas antes de la bajamar en la caseta, ponemos el neopreno y cogemos los utensilios. Vamos hasta la zona de trabajo y la comisión decide si el mar está apto para trabajar y, de ser así, acordamos la cantidad de percebe a recoger por persona y la zona limitada de trabajo. Antes de llegar a la lonja, pasamos un control. Ya en la lonja seleccionamos el percebe por tamaños y va a subasta. Luego preparamos el marisco para cada comprador.

Se trata de un trabajo en condiciones duras. ¿Sabías antes de quedar embarazada que podías coger la prestación por riesgo durante lo embarazo?

Sabía que había baja por embarazo pero no que, al no haber otro puesto en la empresa que yo pudiese realizar, era una baja inmediata y del 100%.

¿Desde que semana estás de baja y cómo fue el trámite?

La solicité tan pronto supe que estaba embarazada y llevo de baja casi desde el minuto uno. Paula, de la Asociación de Mar Seguro, me ayudó mucho con los trámites. En la gestoría no tenían muy al día el tema de las bajas por embarazo porque en el sector de la pesca no son muy comunes. Así que Paula me facilitó toda la documentación para entregar. Fue bastante rápido, solo hay que esperar la que la solicitud vaya al juicio médico para que valoren las condiciones de trabajo (frío, inclemencias del tiempo…) y que vean que no hay otro puesto.

¿También cogerás esta prestación durante la lactancia natural?

Sí, cogeré todo lo que me corresponda para estar con el bebé.

De alguna manera, seguramente tu vida laboral cambie al ser madre. ¿Cómo crees que conciliarás el trabajo del mar con la crianza?

No sé si a largo plazo es un trabajo que pueda mantener, pero más bien por sus características, no por cuidar del bebé. Conciliar no creo que sea complicado. Entre que no se va todos los días al mar y que tengo gente en casa que me puede ayudar, en principio no me preocupa.

¿Qué significa para ti ser percebeira?

El contacto con el mar me fascinó desde el primer momento. Es una libertad que si no trabajas en el mar es difícil de describir. Encontré un trabajo donde me siento feliz y respetada por los compañeros.

¿Qué mejorarías en la situación laboral de las percebeiras y mariscadoras en general?

Mejoras en los trajes y en los equipos de protección. Luego, por supuesto, el tema del furtivismo. Entre esto y el cambio climático, vivir del percebe se está haciendo complicado.

¿Te gustaría que tu hijo siguiera tus pasos en el mundo de la pesca?

Me gustaría que trabajara en algo con lo que se sienta realizado, no que siguiera por ser una tradición familiar, una obligación. A mí el mar me encanta, le diría que es un trabajo duro y que a veces no va recompensado con el sueldo. Mira, yo no sabía que iba a acabar trabajando en el mar a los 31 años. Lo que está claro es que el futuro del marisqueo es un poco incierto, tenemos que cuidar el mar.

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