El berberecho es un molusco (del latín molluscus, que significa blando) que tiene las valvas o conchas de forma casi circular, como de corazón, motivo por el que se le dió el nombre de “corazón comestible” (Cerastoderma edule). Posee entre 22 y 28 costillas bien marcadas y vive en fondos fangosos y de arena fina próximos a las costas.

Su explotación es totalmente artesanal y es capturado por los mariscadores a pie de la Cofradía de Moaña con sachos, rastrillos o angazos en la zona intermareal o con ganchas a pie con una longitude y separación entre dientes adecuada para esta especie en las zonas que no queda expuestas durante la bajamar. Su tamaño comercial es de 25 mm pero en la cofradía únicamente se recolectan ejemplares superiores a 30 mm, buscando con esta medida asegurar el futuro del recurso y protegerlo para una explotación sostenible.

El berberecho de Moaña es un molusco muy apreciado por su sabor a mar y que nos aporta muchas proteínas y apenas carbohidratos. La mejor manera de desgustalos son abertos al vapor y salpicados con limón o como compañeros de guisos con pescado. Al berberecho debe dársele el lugar de privilegio que merece en nuestra gastronomía.